sábado, 29 de mayo de 2010

Peter Pan y su espejo

-Buenos días, Sr. Peter, ¿cómo estamos hoy?
- Pues, desgraciadamente, como siempre Pan... Siempre llevo en mi cabeza el disgusto de no crecer. Vale, soy inmortal y puedo volar. ¿Y qué? ¿Qué más da si nadie me querrá como esposo? ¿Qué más da si nunca sabré lo que es formar una familia? Nada importa ya, nadie me respetará nunca, todo está perdido...
- ¿Perdido? ¡Serás tozudo! Ahí fuera todos te tratan como a un héroe Peter. Eres un ídolo. Bueno, somos unos ídolos. El problema lo tienes tú dentro de la cabeza.
- No, Pan, no. No empieces con tus historias. ¿Me quieren? Me solicitan para sacarles de problemas, pero en cuanto me ven por la calle se ríen de mí. Tú, Pan, mi otro yo, vives en las nubes. Tu obcecada mirada se pierde cuando miras este pedazo de cristal. Piensa, tira ese serrín que tienes por cerebro y deslúmbrame con tus consejos, que buena falta me hacen. Ayúdame, ahora soy yo el que solicito el apoyo de los que me rodean.
- Bien, Peter, tarea nada fácil, todo hay que decirlo. Vas a abandonar este conjunto de trapos sucios y ramas que tienes por cabaña y te vas a socializar. ¿Y la gente parapléjica? ¿Y los que no tienen piernas? ¿Cómo entran en la vida social? Con superación, amigo. No me extraña que te sientas débil, pues no entiendes el significado de esta palabra. Ahora la parte de tu cuerpo a la que debes obedecer soy yo. Ala, marchando.

Tres meses más tarde, vuelve Peter en frente del espejo.
-Lo he conseguido, Pan. Soy gasolinero.
-¡Bien, Peter! La superación siempre da sus frutos.
-¿Superación?
- Claro Peter...
-¡¡¡N0!!!
- ¿Qué pasa?
- Te había entendido sobornación y les he dado todos mis ahorros a los de la gasolinera.
- ¡Estamos en la ruina Peter! Por lo menos te pagan, ¿no...?
-¿Si me pagan? No. Lo que necesitaba era trabajar. Ellos me dijeron que no hace falta ganar dinero, sólo entrar en la vida social como trabajador ya es suficiente.
-.....¡¡Noooo!! Se han burlado de ti. ¡Eres, eres ....un IGNORANTE!
Ahora Peter Pan vive con Robison Crusoe en la isla perdida.

1 comentario:

  1. Si es que, a veces, uno no se entiende ni a sí mismo.
    Aunque este Peter (¿o es este Pan?) me resulta sorprendente. Siempre pensé que lo que le pasaba a Peter Pan era que no QUERÍA crecer. Pero claro, llega un momento que uno prefiere una esposa que una mamá.
    Mi amigo Garfio seguro que se alegra de esta crisis de su eterno y prepotente enemigo.

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